Entrevista realizada por Alan Light para Spin Magazine, año 2000. Fotos de Taryn Simon. Texto original AQUÍ
El olor a carne curada flota en el aire. LeAnn Rimmes y
Elton John cantan suavemente de música de fondo. Como anfitrión, una planta
baja hosca, mesas de madera oscura, cuencos con encurtidos. No, no es ninguna
húmeda y fría sandwichería de carne asada de Nueva York. Es el Greengrass Deli
de la soleada Los Ángeles, el último sitio en el que esperarías encontrar a
Fiona Apple, vegana declarada y activista a favor de los derechos de los
animales. Pero aunque pasó gran parte de su niñez en Los Ángeles, y los últimos
cinco años ha residido allí a tiempo completo, el trasplante desde Nueva York no
funciona, lo que hace que sea tremendamente duro imaginar dónde nos sentamos y
hacemos la entrevista. Apple se había estado dejando caer por mi hotel para ver a
un amigo y caminaba arrastrando los pies por el vestíbulo. Sin representante,
sin séquito, sobra decir que sin móvil (más tarde tendrá que buscar una cabina
para llamar a su novio, el director/escritor de "Boogie Nights" Paul Thomas
Anderson, para que le dé ánimos).Con su pelo suelto y desordenado y su cara sin
una gota de maquillaje, Apple carece de las ideas estratégicas de agudo
publicista destinadas a hacer que su aspecto resulte cool, aunque fuera uno con
el que se sintiera cómoda. Así que, después de recorrer un trecho del West
Hollywood sin rumbo, aparece el Greengrass Deli. Prácticamente, lo único que
Apple puede pedir es un té con hielo.
"De verdad, es como que nunca sé dónde estoy" dice
Apple. "No puedo viajar por mí misma. Me crea ansiedad lo de aprender a
conducir. Siento que me enfadaría o que me pondría tan nerviosa que causaría el
jodido accidente que ya he provocado en realidad. Sé que es molesto para mis
amigos, pero a mí no me incomoda".
Apple no deja que toda esa ansiedad, ira o nervios le
estorben para cantar o escribir canciones. De hecho, todas esas emociones
destacan en el contundente nuevo álbum de sus nervudos 22 años, titulado
"When The Pawn...". Hablaremos sobre el título después; ahora,
digamos que la música de presentación no sólo cumple las promesas de su
conmovedor debut y triple platino,"Tidal", sino que excede todas las
expectativas. Tan maduro y reflexivo como su primer álbum, "When The
Pawn..." es más rico, más centrado y, gracias en gran parte al productor y
héroe del underground de Los Ángeles Jon Brion, con más textura. La fuerza del
disco no sólo muestra a una escritora
mayor y más experimentada, sino que revela una renovada confianza en el
estudio, que Apple acredita en gran medida a Anderson, de 30 años, su novio
desde hace dos. […]
Por supuesto, la primera secuencia del fenómeno Fiona Apple
va más allá de sus canciones. La baja calidad y la sensación de estar mostrando
a una chica menor de edad como carnaza pornográfica en el vídeo de su éxito
"Criminal", su tristemente célebre discurso conocido como "Este
mundo es una Porquería" en los MTV Video Music Awards de 1997, y sus a
veces descabelladas entrevistas (a menudo interrumpidas por ataques de llanto)
quedaron indisolublemente relacionadas con su trabajo. Contando sólo con 17
años, cuando comenzaron las sesiones de "Tidal", Apple fue amada y vilipendiada,
atacada y defendida, con idéntica pasión.
La mera idea de una joven con talento actuando de forma tan
impredecible, sin miedo a parecer loca, pomposa, torturada o ambiciosa, parecía
poner de los nervios a algunas personas. Sus poéticas y dramáticas letras
hicieron de ella la voz de una nueva generación de fatalistas a lo Sylvia
Plath, amada por chicas de instituto que engendraban foros sobre Apple en los
que se leían cosas como "¡Creo realmente que Tidal salvó mi vida!".
Otros, encontraron a una sexy y desamparada estrella de un gran sello discográfico
protestando por la superficialidad de un mundo demasiado voraz. Apple contó
recientemente en la MTV que el mayor equívoco sobre su imagen era verla como
"una niña mimada y triste sin sentido del humor".
Estos días, Apple se encuentra más lejos de los precedentes
de su historia que de su discreción. Se exalta con la misma rapidez con la que
se ríe, especialmente de sí misma. Para ser una mujer que dedica la mitad del
álbum a advertir a sus amigos y amantes de que está "loca" o es un
"desastre", (explicando que "ya es suficientemente duro incluso
intentar ser cortés conmigo misma"), Apple parece bastante segura y serena
en la conversación (aunque consigue meter la palabra "joder" cada dos
frases).
Y tras mosquearse por la imagen que dieron de ella los
medios de comunicación en los últimos tiempos y darse cuenta de que, en cierto
modo, había colaborado en eso, su mayor obsesión es hacer las cosas exactamente
como quiera, tanto en su vida como en su música.
Para bien o para mal, Apple presenta un marcado contraste con sus jóvenes contemporáneos del pop, un detalle que a ella no se le escapa. "Vale. Obviamente hay un montón de cosas que me fastidian de la música pop"- dice en un largo párrafo incendiario, muy en su estilo-"Pero no me molesta porque no me gusta, ¿sabes?. Lo que más me saca de quicio es que significa mucho para mí el hecho de escribir mis propias canciones. Y la gente que no escribe sus canciones tiene una voz jodidamente intensa, y son grandes intérpretes. Si no, ¿por qué estás ahí?. No estoy metiéndome con Christina Aguilera, porque parece que sabe cantar. Pero estuve leyendo que la gente que escribió su "Genie in a Bottle" decía algo como:' Era fenomenal que supiera cantar. No tuvimos que usar ningún control de velocidad'. Y eso me hace sentir como que, vale, si ese es el crédito que ella obtiene por no tener que usar ningún control de velocidad, entonces yo tengo un jodido mérito extra. Pero no se tiene más mérito por escribir cosas; incluso es algo en lo que nadie está interesado".
Apple llama más tarde para aclarar que de ninguna manera ha
querido faltar al respeto a Aguilera con estos comentarios: "Lo último que
quiero es decir algo que pueda herir a alguien" (nada sorprendente.
Ella es de las que llaman a casa para dejar un mensaje porque "no es
educado" interrumpirte en el trabajo). Pero es incuestionable que será un
reto encajar las emociones a distintos niveles de Apple y sus sofisticadas
armonías de jazz en un mundo esencialmente pop-rock dominado por la
gratificación inmediata, con la inocente adolescente Britney por un lado y el
aburrido sonsonete de Limp Bizkit por el otro.
La primera vez, Apple fue capaz de aprovechar los coletazos
del momento Alanis-y-Lilith "Mujeres en el Rock" de mediados de los 90; ahora,
ha grabado un álbum justo cuando las mujeres rockeras son prácticamente
invisibles. "Es como si hubiera una reacción violenta contra un género
musical al que nunca ha pertenecido", dice Andy Slater, que se convirtió
en mánager de Fiona tras escuchar su maqueta de 14 canciones en una fiesta de
Navidad. "Es sólo un género [el femenino] del que forma parte". (Sólo
después de vender más de 100.000 copias en la sorprendente primera semana de
lanzamiento de "When the Pawn", la radio recuperó el interés con "Fast
as you Can").
Abandonamos el deli y atravesamos Sunset Boulevard en
dirección a la tienda de Virgin. Mientras Apple tira de su chaqueta vaquera y
se deshilacha un jersey verde más estrecho que su propia silueta, dice que no
ha estado escuchando ningún tipo de música últimamente, ni antigua ni moderna.
En la sección de vídeos musicales, mira con los ojos muy abiertos un mar de
caras desconocidas, levanta un recopilatorio de rock cristiano y,
apresuradamente, lo vuelve a dejar cuando comprende lo que es. Señala un vídeo
de Ricky Martin. "Ahora, él puede actuar", dice, "Y
probablemente no necesite ningún control de velocidad. No tengo nada contra él". La
onda de energía que llega de reconocer a una estrella del rock atraviesa la
tienda mientras bajamos las escaleras: los niños cuchichean y lanzan miradas.
Un adolescente tembloroso se acerca a ella, aparentemente al borde de las
lágrimas. Le suplica un abrazo y un autógrafo, y después le pide que escriba
"algo inspirador". Ella se ríe tontamente y le dice que no -
demasiada presión para ser profunda - pero coge sus datos y promete que le
escribirá algo por e-mail más tarde. "Oí hablar sobre lo largo que es el
título del álbum" balbucea el muchacho "Y entonces, cuando lo leí, al
principio no entendí nada. Pero cuando lo leí por segunda vez me llegó
totalmente". Después, pregunta inocentemente: "¿Por qué crees que te
odia tanta gente?". En el mostrador, el empleado tiene sólo una pregunta.
"¿De donde has sacado ese título?"- pregunta, sacudiendo la cabeza -
"Cuando lo vimos en el catálogo dijimos '¿cómo lo vamos a
clasificar'?".
Vale, sobre el título. Desde que Prince cambió su nombre por un símbolo, ningún
artista ha sido tan ridiculizado por una extravagante decisión creativa. Apple
comenzó a recitar el poema de 90 palabras en los escenarios de la gira de
Tidal. Escribió este mensaje (ligeramente complicado y automotivador) en
respuesta a lo que le pareció una cobertura injusta de su persona por parte de
la prensa, concretamente, en el artículo de portada del número de noviembre de
1997 correspondiente a esta revista [Spin], en el que era citada
diciendo cosas como "La mayor parte del tiempo estoy bajo el agua, y la
música es como un tubo por el que puedo respirar el aire de la superficie"
y "voy a grabar otro disco, hacer cosas buenas, ayudar a la gente, y luego
me moriré". "Eso fue lo peor" - dice con brusquedad, todavía
visiblemente enfadada - "Porque dije las cosas que aparecen ahí, pero no
creo que baste con reconocer 'Bien, dije esas cosas y debería haber sabido que
iban a salir a la luz'. Simplemente sentí que había caído en una trampa, que el
ángulo del artículo estaba decidido de antemano, como 'sabemos que en algún
momento dirá alguna locura'. Leo muchos artículos en los que la persona sale
bien parada" - continúa - "y pienso 'oh, me gusta esta persona'.
Entonces leo la historia otra vez y pienso en las distintas formas en las que,
con los mismos elementos dados por el artículo, podría hacer que la persona
pareciera espantosa. Me dan ganas de subirme al escenario y empezar a
despotricar: 'Gente, no escuchéis, la prensa está llena de gilipolleces',
aunque ahora soy lo suficientemente inteligente para no hacerlo".
Apple escribió el poema "When The Pawn" en su
autobús de gira inmediatamente después de leer las cartas negativas que
llegaron al director de Spin en respuesta a la historia que habían publicado.
Pero sólo más tarde decidió convertirlo en el título del álbum.
"Realmente, las razones por las que lo hice eran estúpidas" - dice
algo exasperada - "Tenía la idea de usar mi DNI en la portada rodeado de
las palabras más importantes. Sería como un 'que te jodan' al hecho de tener
que poner una fotografía, porque las fotos del último disco me gustaron, pero
cuando vi el CD terminado, había sido totalmente retocada. Me dio rabia que
pareciera tan logrado. Así que, tíos, no volveréis a conseguirlo. No me tendréis
ahí sentada intentando parecer guapa, no conseguiréis ese esfuerzo
adicional". Desde entonces, Apple ha pensado en un título más simple que
sería igual de efectivo: las fechas en las que comenzó y terminó la grabación.
"Pero ahora parece como si estuviera intentando conseguir publicidad o
decir algo al mundo. Y no era lo que quería. Hago cosas y salen mal. Desearía
no tener que aguantar esto, porque no es tan importante para
mí". Todo lo cual es muy típico de Fiona Apple. Tomar una llamativa y poco
convencional decisión (decir en tus primeras entrevistas que la canción
"Sullen Girl" trata de cómo fuiste violada a los 12 años; quedarte en
ropa interior y encogerte en un armario para tu vídeo), y luego sorprenderte
cuando esa acción se convierte en el foco de discusión por encima de la música
excepcional que has creado. Sin embargo, su mánager, Slater, niega que esas
elecciones sean completamente inocentes. "Dudo que sea una ingenua"-
dice- "Creo que es muy consciente". A su productor, Jon Brion, le
parece que "es consciente de las causas y efectos de las cosas, pero no es
calculadora como mucha de la gente que está en la música pop. No tiene ningún
problema en morder la mano que le da de comer si cree que no es buena".
Es esta tensión entre la integridad y la expectativa
comercial, entre el impulso y el cálculo, entre la necesidad de amor de la
audiencia y su rechazo, lo que guía los sentimientos ambivalentes que inspira
Fiona Apple. Y aunque ella afirma que las canciones de desengaño, decepción y
pérdida de "When The Pawn" no fueron escritas como respuesta a
situaciones específicas, habla de los temas de la vida real más elocuentemente,
y menos a la defensiva, en sus letras que en su conversación. En "A
Mistake", canta "quiero hacer lo correcto, por supuesto, pero/¿quiero
sentirme forzada a contestarte?, demonios, no". De hecho, las últimas palabras
del álbum, que corresponden a la encantadora "I Know", son: "Y
si se hace demasiado tarde/Para esperar a que descubras que me amas/Y me lo confieses/Está bien, no necesitas decirlo". Ella dice que no se había dado cuenta de la
resonancia de estas líneas, pero no le sorprende. "Soy una jodida mocosa
contradictoria la mayor parte del tiempo, excepto en mis canciones. Es el único
momento en el que realmente puedo centrarme y decir 'Esta es la verdad sobre
esto. Así son las cosas'. Y entonces lo escribo para conservarlo en mi memoria
porque, en cuanto lo haya terminado" - rompe a reir - "empezaré a
actuar como una idiota otra vez".
Tres días antes de que el álbum fuera grabado, todos lo
elementos contradictorios de su percepción del público se agolpaban en su
cabeza. Es una noche fría en Los Ángeles y estamos sentados en la piscina que
hay detrás de la casa que comparte con su novio, escuchando a la cantante de
big-band Helen Forrester. Tras una tarde estresante, Apple se permite un
pequeño tequila; parece estar un poco más nerviosa que la tarde anterior en el
deli. Se abraza a sus rodillas hablando bajito entre las mangas de su abrigo
sobre lo que es ser el objeto de tanto desdén. "A veces pienso 'guau, hay
gente que de verdad, de verdad, de verdad me odia', y eso sin tener contacto
personal con ellos y sin haberles hecho nada. Lo que significa que hay algo odioso en mí para un determinado número de personas. No quiero simplemente pensar:
'Oh, la gente es estúpida, y odio a todos aquellos que me odian'. Pero tampoco
quiero pensar que tienen razón al odiarme. Esto no significa que no sepa por
qué pueden estar molestos conmigo" - continúa - "Es como que todo lo
que saben sobre mí se reduce a una foto de cuarta categoría tomada por alguien.
No sé qué hacer con esa clase de frustración. Como aquel chico de ayer, tú lo
oíste, dijo '¿por qué la gente te odia?'. Me alegra que se preocupe, pero se
hace raro que te digan algo así. Siempre lo he estado diciendo y la gente
responde 'Oh, no es verdad', y yo, 'Escucha, no me ofende para nada. Sólo
pienso que debería reconocerse de una jodida vez".
"¡A la de tres, quiero que todo el mundo diga que soy
una jodida gilipollas!" - ordena Fiona Apple mientras graba un concierto
para la MTV en un estudio de Nueva York. Es la primera vez que toca sus nuevas
canciones delante de una audiencia, y suena impresionantemente fuerte después
de dos años fuera de la carretera, conduciendo con seguridad arreglos difíciles
y delicadas melodías. Es su puesta en escena la que aún necesita trabajar más. A
menudo, en la última gira, los conciertos pinchaban por sus historias
incoherentes y terriblemente largas. "Siempre sé a dónde quiero llegar,
pero me enrollo demasiado. Doy muchos rodeos, nunca llego al punto, y al final
olvido qué quería decir". Esta noche ha olvidado presentar a la banda, lo
que ha provocado que la audiencia le reprenda por su "egoísmo". Los
músicos, enfundados en trajes y sombreros, sonríen nerviosamente; les preocupa
más terminar las nuevas canciones que el atrezzo.
"Me siento totalmente bajo control cuando canto" -
dice Apple más tarde - "En cuanto no lo estoy, no sé qué decir ni cómo
actuar. Pero prefiero no ser artificial, aunque me haga parecer mejor. Quizá es
algo que necesito para seguir trabajando. Más o menos calculas 'Bien, seré yo
misma y eso bastará', pero puedes ser tú misma y si alguien dispara la foto en
el momento equivocado, suceden cosas negativas. Hay demasiadas cosas que nunca
llegan a ocurrir como para preocuparse por ellas". Pero durante el making
of de "When The Pawn...", Apple decidió que necesitaba preocuparse
más por su trabajo. Hizo un decidido esfuerzo por tomar el control del proceso
de grabación, en contraste con las sesiones de su debut. "Tengo una
tremenda memoria para recordar lo que odié de las canciones del último álbum
cuando estaban terminándose" - dice - "Muchas de las grabaciones
fueron 'No sé, ¿tú qué crees que es mejor?. Adelante'. Suena un poco
indeciso".
"En la primera grabación, había cierta discrepancia
entre la Fiona con la que hablabas y la Fiona letrista" - dice Brion, que
también ha trabajado con The Wallflowers y Rufus Wainwright - "Ahora,
había más y más momentos en los que sonaba como la persona con la que he
charlado y pasado el tiempo". Apple tuvo otra revelación viendo a Anderson
en el set de "Magnolia". "Es la persona más detallista que he
conocido nunca" - dice ella con una pequeña sonrisa - "Pero lo hacía
bien. Y, a veces, yo soy un poco chapuzas con las cosas. Con el último álbum,
no me dí cuenta de lo satisfactorio que es ser capaz de poner las cosas en
orden". Anderson, que dirigió los vídeos de "Fast As You Can" y
del nuevo single, el cabreado "Limp", dice que la diferencia era
claramente visible. "Ella ha aprendido tanto...No es una curva de aprendizaje,
es una línea recta. Ha sido capaz de juntar información, procesarla, de
asegurarse de que la gente que la rodea no la ha estado engañando, y realmente, ha hecho su propio disco". Anderson añade que fue una ventaja contar con
otro escritor en casa. "Podía coger los cuadernos que había por ahí
tirados y robar sus líneas". La meta de Apple (asumir responsabilidades)
se extiende, según ella, a los lugares en los que ha tenido los peores
problemas. "Me he fastidiado a mí misma muchas veces sólo por dejar a las
personas hacer lo que sea que estuvieran haciendo, pero no de forma victimista;
no me daba cuenta de cuáles podrían ser las consecuencias. Como 'Sí, claro,
hazme una foto así, lo que sea con tal de salir de aquí'. Lo que marca la
diferencia es cuando te sientes responsable de algo de lo que estás
orgullosa". Si hay una sola decisión que Apple desearía cambiar, es el
vídeo de "Criminal" dirigido por Mark Romanek. Mientras que Slater,
su mánager, considera el vídeo como un tributo al director Gregg Araki y al
fotógrafo Nan Goldin, para la mayoría de los espectadores de MTV fue un
espectáculo de sexo: una chica con los ojos muy abiertos y ligera de ropa,
entre los desechos de la fiesta celebrada en un sótano revestido de madera, con
aspecto culpable, quién sabe por qué ilícitas proezas. Era como si el
tratamiento del vídeo fuera desarrollado a partir de la primera línea de la
canción ("He sido una chica muy mala") sin escuchar la agresión
depredadora y la ambivalencia sexual del resto de la letra. Este resultaría el
momento distintivo de Apple.
"No me siento orgullosa de la basura que me hizo
popular" - dice - "Me hace sentir realmente estúpida. Quería ser como
cualquier otra chica de las que ves en los vídeos, y por eso es vergonzoso.
Pero la forma en la que justifiqué el trato que se le dio a la canción fue
pensando que iba de alguien que le cuenta a Dios un error que ha estado
cometiendo. Y así, en realidad, creía durante un rato que el vídeo tenía sentido.
Pero pienso que la cagué" - suelta una risa - "Es como que parecía
jodidamente horrorizada. Parecía de verdad que estaba haciendo algo malo, en
lugar de jugar con ello haciendo algún guiño. Simplemente no pude
hacerlo". Y aunque los sentimientos de Apple respecto al vídeo son
indudablemente sinceros, es mucho más fácil abjurar de las decisiones después
de haber vendido tres millones de copias. Reparemos, sin embargo, en el
improvisado vídeo de "Fast As You Can" y su rechazo a ser maquillada
para las sesiones de fotos. [A continuación, la revista recuerda el
improvisado discurso que Apple dio al recoger su premio en los MTV Video Music
Awards de 1997, que transcribo aquí: "Maya Angelou dijo que lo mejor que podemos hacer, como seres humanos, es crear
oportunidades. Y voy a aprovechar esta oportunidad. A todos los que estáis
viendo esto: este mundo es una porquería y no deberíais modelar vuestra vida
basándoos en lo que creéis que pensamos que es cool, en la ropa que llevamos,
en lo que decimos, en todo. Sed vosotros mismos"]. ¿Pretencioso?.
¿Autobombo?. Quizá, pero recordemos que apenas tenía 20 años, y que si Steven
Tyler hubiera dicho lo mismo, probablemente habría sido felicitado por defender
la tradición del rock&roll del "que os jodan". A diferencia del
vídeo de "Criminal", Apple considera orgullosamente que ese discurso
fue un momento decisivo en el sentido positivo. "Nunca jamás me lamentaré
de lo que hice" - dice tajantemente subiendo la voz - "porque me
recuerdo sentada entre el público y decidiendo conscientemente que no sabía lo
que iba a decir, pero que iba a expresar mis sentimientos. Estaba allí pensando
'Estoy en el instituto, estoy en una cafetería. Tengo que caminar entre gente
que se está riendo de mí', en lugar de simplemente caminar y sentir como si
hubiera sido intimidada de esa manera un millón de veces. No quería ser como
era siempre. Este magnífico sentimiento de querer asumir la responsabilidad y
tomar decisiones por mí misma sin sentir que tengo que ocultar mis emociones
fue maravilloso. Ahora no tengo la sensación de ser el tipo de persona que
nunca habla claro. Ya no tengo esa comezón". De hecho, hablar demasiado se
convirtió en su tarjeta de presentación tanto como su sensual y prematuramente
cómplice voz. Pero cuando vuelve a repetir lo orgullosa que está de "When
The Pawn...", lo feliz que se siente de estar trabajando junto a sus
amigos en los vídeos, cómo está poniéndose de acuerdo con sus sentimientos
respecto a ser el foco de atención, está claro que el día ha merecido la pena. A
menudo, es en los segundos álbumes donde las estrellas de rock resbalan y caen.
Tras haber gastado todas sus energías en el primer disco, de repente, tienen
que encontrarse con las expectativas artísticas y comerciales para escribir
sobre la pesadez de las giras, para entregar algo que esté en el programa. Para
Apple, la experiencia ha sido casi exactamente lo contrario a lo tan cacareado
como la vuelta al segundo curso de instituto. "Me siento segura al saber
que mi necesidad de reconocimiento no es tan grande"
- dice - "Es como si acabas de romper con alguien, y no lo has
superado, y lo encuentras en un coffee shop, y te preocupas por tu apariencia o
cualquier cosa. Pero una vez que lo superas, no te preocupa. Y no hay razón
para volver a preocuparte. Sigue siendo tu ex, aún hiere tus sentimientos. Pero
como no tienes esa necesidad ni esa inseguridad sobre tí misma, no te preocupa
de la misma manera".
A principios de 1998, antes de que fuera al estudio para
empezar a trabajar en lo que se convertiría en "When The Pawn...",
Fiona Apple me contó: "Nada ha cambiado en mí. Sigo teniendo problemas con
la gente, sigo necesitando escribir canciones. Si no lo necesitara, no
encontraría el lado positivo a mis problemas. No valdría la pena".
Oyéndola ahora, dos años después, uno se pregunta: ¿Quebrará su recién
descubierta confianza la necesidad de escribir?. ¿Será capaz la pequeña Fiona,
feliz al fin, de recurrir a esas emociones que la han ayudado a ser la mayor
esperanza de los letristas de su generación?. "Si tuviera ese tipo de
confianza y no hiciera tanto daño, entonces probablemente no escribiría, y eso
no sería malo realmente. Pero siempre voy a ser una persona muy sensible.
Siempre voy a sentir y a herir mucho y a estar preocupada por todo". Se
detiene, y aparte del suave swing de la big-band que sale de su equipo de
música, la noche de Los Ángeles está en calma. "Quizás ahora no esté tan
avergonzada de ser como soy. Antes dije 'Quiero ser cool por estar triste'.
Ahora me suena realmente raro. No quiero ser cool por estar triste. Sólo quiero
serlo por estar bien".
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