Entrevista realizada por Scott Frampton para CMJ Magazine en septiembre de 1996. Fotos de Chris Cuffaro. Texto original AQUÍ
[...] El revuelo causado por el debut de Fiona Apple es el
resultado natural del despliegue publicitario del negocio discográfico. En
parte, es su momento: los nueve millones de copias vendidas por Alanis
Morissette han abierto las puertas a jóvenes artistas de todo tipo. Por otro
lado, su talento: las 10 canciones de "Tidal", de una franqueza
cautivadora, son extraordinariamente conmovedoras. Y está la misma Fiona: tiene
un alma ingenua y anciana a partes iguales, una frágil belleza con sus oscuras
ojeras bajo sus brillantes ojos verde-azulados y una voz profundamente sensual
más allá de su edad. También es, con toda su obstinada candidez,
sorprendentemente consciente de sí misma y de su lugar en el negocio [...].
"Hay muchas preguntas del tipo 'la hermana pequeña de
Alanis'", dice, "mucha atención sobre cosas así: '¿Cómo te sientes al
ser parte de este nuevo fenómeno de chicas rockeras?'. Es ridículo porque
siempre ha habido mujeres rockeras. Es sólo que ahora tienen más oportunidades
porque alguien se abrió paso y tuvo éxito, y ahora las compañías vuelven a
financiarlas. No es un fenómeno. Es lógica. Es negocio."
Andy es Andrew Slater, un productor entre cuyos méritos se
incluye una colaboración con R.E.M./Warren Zevon en Hindu Love Gods, y el haber
desempeñado funciones como mánager de Lenny Kravitz y The Beastie Boys.
"Andy forma parte de todo esto. Es extraño. Es perfecto. Cuando lo conocí,
no tuve que pensar '¿Quiero que este hombre sea mi mánager?'. Y ni siquiera
sabíamos que iba a ser productor hasta ese punto. Pero, honestamente, Andy es uno
de mis mejores amigos. Quiero decir, paso todo el tiempo con él, hablamos sin
parar por teléfono. Le quiero mucho. Para mí es alucinante pensar en esto.
Encaja tan bien...Trabajamos tan bien juntos...No me moldeó en nada.
Simplemente me entiende muy bien. Entiende cómo quiero sonar y lo que quiero
decir...Es el más grande. No puedo decir nada malo. A mí también me sienta bien
decir cosas malas sobre la gente, pero no puedo decir nada malo sobre él".
El sentimiento parece ser mutuo, pero Slater, por su parte, no se fía de
"la mierda de Svengali" (el malvado hipnotizador de una novela de
George du Marieur, "Trilby", 1984) asociada a otros productores de
jóvenes artistas, y duda al hablar de otra cosa que no sea la producción de
Tidal, diciendo únicamente que "pensé que me estaban gastando una broma
cuando cogí la demo, porque me dijeron 'Oye, tengo la cinta de una chica de 17
años que escribió estas canciones', y cuando escuché la letra de 'Never is a
Promise' y oí su voz, dije 'Imposible'".
La historia de cómo consiguió la cinta parece sacada de una
película hecha para televisión. "Es bastante sorprendente la manera en que
ocurrió", explica Apple, "hice una maqueta, y como creo que es lo
normal, cuando haces una maqueta y no tienes mánager ni nada, haces un montón
de copias y las envías a mucha gente, y eso era lo que deseaba hacer. Acababa
de terminar el colegio y cogí e hice una demo de tres canciones, y creo que
saqué unas 78 copias. Iba a volver a Nueva York por Navidad, y cuando regresara
empezaría a enviar todas las cintas. Pero me llevé cuatro o cinco conmigo para
darle alguna a mi familia y todo eso. Y uno de mis amigos dijo 'Ahora estoy
haciendo de canguro, y la mujer para la que trabajo es una relaciones públicas.
¿Quieres que le de una de tus copias?'. Y yo dije 'Oh, claro'. Esa mujer hizo
una fiesta de Navidad, y Andy fue a la fiesta, la escuchó, me llamó y entonces
le conocí. Aún tengo las 77 demos que nunca envié".
De la cinta de tres canciones, sólo "Never is a
Promise", con algunos arreglos de cuerda añadidos por Van Dyke Parks, fue
al "Tidal". Las otras nueve canciones se desarrollaron a lo largo del
año siguiente, con Slater dando cuerpo a las ideas de Apple en el estudio.
"En realidad, al principio de todo, no tenía una idea específica del tipo
'Así es como quiero que suene mi álbum'. No tenía toda la instrumentación en mente.
Soy una analfabeta musical total. Sigo sin saber las baterías ni nada, así que
fue muy duro para mí llegar allí con una idea concreta como 'Quiero un tambor
militar justo aquí y en esta canción' o 'Quiero mucha cuerda en esta canción'.
No sabía hacia dónde quería ir. En realidad no quería saberlo. Sólo quería
aprender sobre la marcha. Le dije a Andy qué clase de sentimiento quería para
cada canción, y él me dijo más o menos los instrumentos que podrían darme esa
emoción, y los introdujimos y lo probamos todo. Básicamente, todo es por el
método de ensayo y error"."[Slater]No dio forma a mis canciones ni me
dijo cómo tenían que sonar. He tenido mucha libertad. Quiero decir, cuando me
metí en esto, lo hice con la mentalidad neoyorkina de mirar por encima del hombro
todo el rato pensando 'Se van a aprovechar de mí, van a intentar cambiar mi
imagen, mis canciones, me dirán sobre qué tengo que escribir y cómo...'.Y todo
el mundo con el que estoy trabajando me anima a ser simplemente yo misma".
Ser Fiona Apple no siempre resulta fácil, y esta es una de
las razones por las que el disco tiene cierto significado liberador. "He
pasado gran parte de mi vida en terapia, desde quinto grado hasta el instituto
incluido, por razones que eran estúpidas, como que era muy tranquila de pequeña
y pasaba mucho tiempo sola. Mi escuela pensó que era depresiva con tendencias
suicidas, así que me obligaron a ir a terapia y eso me jodió completamente. Yo
estaba bien hasta que todo el mundo empezó a decirme que algo andaba mal en mí.
Me sentí realmente mal y fui el hazmerreir de muchos en el colegio. De niña,
fui aislada e incomprendida, así que ahora miro hacia atrás y pienso que esto
tuvo un gran efecto sobre mí, sobre quién soy y sobre todo. Pasé tanto tiempo
sintiéndome diseccionada por la gente que no tengo inseguridades a la hora de
decir exactamente cómo me siento".
Esta franqueza es una de las cosas más llamativas de Fiona,
y forma parte de aquello que hace "Tidal" extraordinario. Mucha de la
atención prestada al "fenómeno" de mujeres jóvenes en la música ha
estado basada en las sinceras expresiones acerca de la sexualidad o de la ira,
pero la obstinada honestidad de Apple es otra cosa. Aunque a menudo están
encubiertas por metáforas, sus emociones son tan crudas como los celebrados
histrionismos de sus contemporáneas. Lo que la hace diferente es que ella
parece querer oyentes que lleguen a conocer tanto como sea posible lo que
piensa. "Una de las entrevistadoras europeas me dijo que se sentía
culpable cuando me veía en el escenario porque sentía que estaba escuchando
algo que suponía no debía ser escuchado. Y eso me reveló que estoy haciendo lo
que quería hacer con mi música. No me refiero a querer que la gente se sienta
culpable por escuchar, pero estoy siendo totalmente honesta y todo eso porque
la idea principal es que me sentí tan incomprendida gran parte de mi vida que
quiero subirme allí y decir lo que quiero decir. Quiero ser entendida. Quiero
hacerme oir. Escribirlo, escribir cómo me siento, me da la satisfacción de
expresarme, pero la máxima satisfacción para mí ahora mismo consiste en subirme
ahí y decirlo todo. Creo que es la razón por la que llegué a la música, porque
me siento más como una escritora que como una artista musical. Creo que uso la
música como vehículo para poder cantar lo que estoy diciendo y tener una voz
más grande...Es el acto de decirlo realmente, de interpretarlo para la gente,
lo que me da la satisfacción que necesitaba para mi vida. Simplemente ser capaz
de decir 'Así es cómo me siento, esto es lo que soy. Lo oíste. Así es' me resulta muy divertido".
¿Significa esto que es la "Sullen Girl" que la
segunda pista del disco insinuaría?. "'Sullen Girl' es... complicada para
mí. Va sobre muchas cosas. Sobre cuando estaba haciendo el disco y todo sucedía
a la vez, y me sentía como 'Oh, dios mío, ¿qué está pasando aquí?'. El segundo
verso es...Pasé por una época muy difícil cuando era una persona muy, muy fría.
No me gustaba estar cerca de la gente. Con 12 años, fui violada por un
desconocido, y esto es sobre lo que va la canción básicamente, porque sentía
que todas las personas de mi vida pensaban que había algo mal en mí, y me hacía
preguntarme si lo que pasó me había cambiado. Como el segundo verso '¿Es por
eso que me llaman huraña?/ No saben cómo solía navegar el profundo y sereno
mar/Pero él llegó a la orilla y cogió mi perla y dejó una concha vacía'. Y
realmente fue porque me sentí como 'Vale, solía ser una persona alegre. Y soy
una persona alegre, pero todos me miran y piensan que estoy realmente seria,
deprimida y huraña. '¿Es así por esta experiencia?'. Fue algo que me causó
mucho dolor, y me sentía como '¿Es por eso por lo que no me comprenden?'. Ahí
fue cuando empecé a ponerme mal, cuando la gente comenzó a suponer que las
cosas estaban mal y empezaron a etiquetarme como una persona enferma".
De repente resulta fácil empatizar con esa reportera
europea. Pero Apple rápidamente acentúa los puntos positivos de su experiencia
vital. "Es parte de lo que soy. No lo lamento. Soy feliz con quien soy,
así que ¿cómo puede hacerme infeliz algo que me haya ocurrido?. Fue una
experiencia que me hizo mucho más fuerte. Me enseñó muchas cosas sobre la vida
y sobre quién soy. Las cosas pasan y atraviesas una etapa de dolor. No hay que
darle más importancia. Es como 'Sí, me violaron'. Pero ya ha acabado. Y aprendí
de ello. Es triste, pero también se sacan cosas buenas de esto". Mirando a
través de mechones de pelo sueltos, rodea sus rodillas con sus delgados brazos,
poniéndoselas cerca para calentarse en la temprana brisa de verano. Parece un
poco incómoda [...]
"Durante mucho tiempo, supongo que toda mi vida, quise
hacer esto, pero no se lo contaba a nadie, ni siquiera a mí misma. No lo
admitía. Lo recuerdo y no puedo entender por qué no lo admitía ante mí misma,
pero ya conoces ese tipo de pensamientos: '¿Qué voy a hacer cuando sea mayor,
qué voy a hacer cuando acabe el colegio?'. Evitaba totalmente esos pensamientos
porque sabía lo que quería hacer, pero no sabía si era posible. Tenía tal falta
de confianza que no quería admitir que quería hacer esto, porque una vez que lo
asumes, te abres a la posibilidad de fracasar. Todo el tiempo tenía miedo de
pasar el resto de mi vida intentando conseguir alguna actuación, y no quería
esa vida, así que parecía como si me fuera imposible hacer algo. Logré situarme
donde quería estar, pero no estaba dispuesta a seguir todos los pasos para
llegar hasta allí, ¡y no tuve que dar ni un paso!. No dí ni un concierto antes
de firmar. ¡Ni siquiera lo dí antes de llegar a París!".
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